Cómo escribir novelas de terror. Empecemos por la atmósfera. Crear el entorno adecuado es fundamental para transmitir miedo. Sin un buen ambiente, será difícil sumergirse en la historia y sentirse uno de sus protagonistas. Veamos cómo conseguirlo.
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Cómo crear una atmósfera adecuada para tu novela de terror
En este artículo voy a dar algunas ideas para crear un ambiente adecuado para una historia de terror.
En primer lugar, vamos a intentar definir qué es exactamente la atmósfera. Según uno de sus significados en el DE ACUERDO A, la atmósfera es el «espacio al que se extienden las influencias de alguien o algo, o entorno que los rodea». Por tanto, estamos hablando de un concepto abstracto, algo que no es físico y transmite emociones.
El terror puede tener una causa tangible, pero transmitirlo al lector requerirá algo más que describir la causa.. No basta con decir que hay una situación peligrosa, sino que, a través de la palabra escrita, tendremos que conseguir arrancar al lector de su asiento y ponerlo en la piel de nuestro protagonista.
Cómo escribir novelas de terror
No voy a teorizar sobre cómo escribir una buena historia de terror. Evidentemente, si nuestra historia no es buena, o no está bien escrita, o no da miedo, o no engancha, o no es original …, el ambiente importará muy poco. Pero supongamos que tenemos The Story y nos centramos en la atmósfera, que es a lo que hemos venido. Primero que nada, recordemos que la atmósfera es puramente emocional, y esas emociones se transmiten a través de sensaciones. Por eso no podemos limitarnos a exponer una situación, sino que tenemos que describirla (o, mejor, sugerirla) a través de la percepción de su protagonista.
Un ejemplo practico
Comparemos este párrafo:
«Diego tenía miedo y frío, estaba en un bosque de noche y alguien lo miraba escondido entre los árboles».
Con este otro:
«La noche era húmeda, la luna apenas salvaba la maraña vegetal y su pálido resplandor no podía iluminar los árboles, desde donde alguien acechaba a Diego, observándolo …».
Obviamente he usado más palabras, pero las he descrito, a través de sensaciones, Los sentimientos de Diego, la situación en la que se encuentra y el entorno que lo rodea. Al decir que es de noche, por ejemplo, estamos transmitiendo un mensaje directo, pero si usamos la luna para crear imágenes, además de ese mensaje estaremos brindando información sensorial extra. Estas imágenes también estimularán la imaginación del lector, ayudándolo a adentrarse en la historia, a empatizar con el personaje y, por tanto, a sentir lo que está sintiendo..
Adjetivos en terror
Los adjetivos son clave para crear la atmósfera de nuestra historia, pero tampoco podemos abusar de ellos.. Los adjetivos no se pueden utilizar libremente (este derecho es exclusivo de Lovecraft), pero combinarlos con otros recursos nos permitirá obtener descripciones más complejas. Tendremos que tener mucho cuidado con los adjetivos que usamos, ni demasiado elaborados ni demasiado simples, y tampoco debemos repetirlos. Los adjetivos, además, no solo servirán para describir el paisaje, sino también el entorno y los sentimientos del personaje. Un ejemplo es el principio de La caída de la casa Usher, de Edgar Allan Poe, traducido por el gran Francisco Torres Oliver:
«Durante todo un día de otoño cerrado, oscuro y silencioso cuando las nubes se cernían opresivamente bajas en el cielo, había viajado solo, a caballo, por un camino monótono de la región, y finalmente, cuando la tarde ya estaba llena de sombras, Llegué a la vista de la melancólica Casa Usher. ‘
Describe a través de los sentidos
Como ya dijimos antes, La información sensorial es muy importante y a menudo la olvidamos al describir. Es muy bueno que digamos que hay un árbol, una casa, una persona o un mueble; Está muy bien para nosotros describir su tamaño, forma, color o apariencia, pero ¿por qué limitarnos a los estímulos visuales?
Podemos, además de describir algo físicamente, decir cómo suena, a qué huele, cómo se siente si el personaje lo toca, o qué imágenes inspira, recuerda o sugiere. También podemos humanizar objetos, como la casa Usher, que se presenta con una descripción humanizada y adquiere una simbología que se desarrolla a lo largo de toda la historia y aumenta sus niveles de lectura. Una cosa es lo que leemos y otra lo que eso significa o representa.
Atmósfera ambiental
Todos los lugares tienen su propia personalidad, y en las historias de terror es muy importante saber explotarla. Un bosque, una mansión o incluso un barco, todo puede sumarse a la hora de dar forma a una atmósfera que nos ayude a crear un clima propicio para los terrores con los que estamos trabajando.. Si tratamos el lugar donde se desarrolla la historia como un simple escenario, será difícil que el lector se convierta en algo más que eso, pero si somos capaces de captar su esencia y transmitirla, tendremos un personaje más, quizás el más importante de toda la narrativa.
Castillo de Drácula
En la primera parte de DráculaPor ejemplo, cuando Jonathan Harker queda atrapado en el castillo, resulta ser una extensión del conde; un lugar secreto y misterioso que fascina pero que sirve de prisión al desafortunado protagonista. La sensación de opresión es casi asfixiante, y al final llegamos a sentirnos atrapados dentro de sus muros, sabiendo que moriremos tarde o temprano, pero sin saber exactamente cuándo.
Los lugares, por tanto, son nuestros principales aliados a la hora de crear el ambiente que buscamos.. Cualquier lugar tiene una historia, unas características, un simbolismo, un trasfondo… y es mejor que hagamos un esfuerzo (y lea mucho) para extraer todo lo que pueda aportarnos.
Conclusiones
Si podemos crear un buen ambiente, nuestra historia ganará muchos enteros. A través de esta atmósfera podemos transmitir al lector emociones que de otro modo se perderían en el camino. Crear un buen ambiente es parte del proceso de escritura, y aunque no existen fórmulas mágicas más allá de la calidad de la escritura de cada uno, podemos prestar atención a descripciones, adjetivos, información sensorial o espacio narrativo. Hay, por supuesto, muchas más variables a tener en cuenta, pero podemos empezar cuidando estos pequeños detalles para mejorar el ambiente de nuestras historias.