Cómo empezar una novela o no hacer harakiri con tu libro

 Nadie tiene la fórmula exacta de cómo hacerlo, a veces un mal comienzo no empaña una buena novela, pero como no queremos arriesgarnos, es mucho mejor calibrar bien cómo vamos a comenzar. Y lo que está claro es que hay comienzos que son una caída libre en toda regla.

Cómo empezar una novela

Qué necesita el lector para seguir leyendo, para entender en esas primeras líneas que este es el libro que quiere leer en ese momento. Piense en los principios de esos libros que le han emocionado. Tuvieron.

Para arrojar un poco de claridad sobre este tema, repasaremos algunas claves que te ayudarán a evaluar si tu comienzo vale la pena y luego te contaré cinco formas de comenzar de las cuales debes huir, a menos que tengas una buena justificación. para empezar por ahí. Vamos para allá.

Algunas claves para empezar una novela

Es muy difícil enumerar todo lo que mantiene al lector leyendo (entre otras cosas porque no hay lector, hay millones a los que les gustan billones de cosas diferentes). Aún así, según mi experiencia, como lector y editor compulsivo, hay algunas claves que debes tener en cuenta porque funcionan.

De hecho, lo primero que hago antes de trabajar con alguien es leer las primeras páginas de su trabajo (ya sea un ensayo o una narrativa). Aquellos Los primeros párrafos me dan información infinita sobre el autor.. Así que vea si es importante saber cómo escribirlos.

Algunas llaves:

  • Es fundamental pensar en el momento de presentar el personaje al lector. Lo que hagas debe ser interesante y suscitar preguntas o empatía.
  • El personaje debe hacer cosas. La acción es muy importante. No tiene que moverse sin parar, pero debe transmitir acción. Sobre todo, porque el lector necesita componer una escena para empezar a vivir el libro, por lo que debes buscar esa escena lo antes posible.
  • El comienzo es parte del libro, no una sucesión de fuegos artificiales. Debe tener sentido que la historia comience ahí.
  • Enséñele al lector lo que lleva dentro al principio. Esto es tan original que lo ampliará en el resto del texto.
  • Proporcione los datos de prioridad necesarios a partir de los cuales la historia que sigue se compone a la perfección.
  • Cuida al extremo lo que dices y cómo lo dices. Las frases exactas. Debe hacer una elección exquisita de palabras en esa parte del libro. Es lo primero que le estás enseñando al lector, cuídalo al extremo.
  • También es importante cuidar el ambiente que creas en esas primeras líneas, a veces, aunque no se diga nada especialmente interesante en estos párrafos, ese ambiente arrastra al lector a querer saber más.
  • Como indico a continuación, piense en una microhistoria, lo que tiene que tener para enganchar al lector, un comienzo es muy parecido.

Aquí tienes algunos comienzos interesantes para que veas lo que te acabo de decir:

“Cambió de canal y vio en la pantalla una casa de muñecas bailando en el aire, unida por un hilo casi invisible a un gancho de grúa. En el mapa no se veía lo que había debajo de ese juguete. Tampoco lo necesitaba. La identificación fue inmediata. A su lado, las dos maletas cargadas con toda la ropa que había podido meter y las ganas de huir de toda esa pereza. «

“Esta vez no voy a tomar la decisión equivocada, tampoco es tan difícil. Total, conoce a alguien, mira si encaja más o menos conmigo y, eso sí, asegúrate de que no sea un cerdo infectado. Para eso no tengo que ir al psicólogo. Como mi amiga Marta, que no le ha servido de nada, su marido recién liberado es un auténtico imbécil. Por cierto, no deberías pensar estas cosas cuando estoy a punto de tocar el timbre. «

“Había estado esperando desde siempre a que se desangrara en la bañera, no iba a manchar el piso; Ya había experimentado lo que hace la sangre en las baldosas. La semana pasada tuvo que gastar medio salario en blanqueador para articulaciones”.

Si los miras a todos, he buscado que sean una buena microhistoria. Eso es lo que tienes que pensar con tu salida, ¿sería una de las buenas? Si cree que no, busque otra forma de hacerlo.

El comienzo de un libro debe tener todos los ingredientes necesarios para arrastrar al lector. Un buen personaje, que hace preguntas que le interesan, que lo sumerge en un mundo que lo presiona lo suficiente como para querer saber más; descubre pensamientos que tienes y aún no has verbalizado o sé lo suficientemente original como para engancharte.

Estos son algunos de los ingredientes, pero aún hay más. En la literatura siempre hay más. De hecho, una de las hazañas de un buen libro es que siempre esconde fórmulas mágicas que ni siquiera el autor conoce.

Cómo no empezar un libro

Y, sobre todo, en ocasiones, lo importante es no caer en los inicios que se saben de antemano que están fracasados. A partir de ahora te contaré ciertos comienzos que debes evitar tanto como echarle agua a un gremlin.

Vayamos al grano:

Si llueve, corro

Dios mío, o eres el más, o no comienzas ni uno solo de los capítulos de tu libro con el tiempo. No. Al lector le importa muy poco si hace sol o si llueve a cántaros.

A menos que tus personajes sean víctimas de un tifón, será mejor que comiences en otro lugar. El lector aún no sabe nada de ellos para amarlos y sufrir por sus vidas o si se resfrían; o estar extasiado con los rayos de luz que se reflejan en su rostro. ¡Señor, mátame pronto!

Tus ojos aun no me dicen nada

Una descripción sin fin. El lector no quiere saber en detalle cómo es el lugar donde comienza su novela. ¿Eres Clarín? Bueno, no lo intentes.

Todavía no sabe nada de lo que le vas a contar y la mejor forma de que se vaya volando es que cuando abra tu libro lo introduzcas en un rosario de quietud. Las descripciones son malos consejeros y, sobre todo, al principio de un libro.

No, tampoco son buenos para describir al personaje central. Volvemos a lo mismo, no lo conoce, poco le importa cómo es, a menos que tenga «un olfato que se llevaría el primer premio en una exhibición de zanahorias». ¡Viva Benedetti!

Y estamos tan cómodos …

Aquí no pasa nada. Si en tu inicio tampoco, vamos mal. El comienzo de un libro debe despertar preguntas convincentes en la mente del lector.

Debes hacer que se enamore hasta que quieras quedarte a vivir allí.

Si el personaje está acostado en el sofá viendo la tele, el gato ronronea a su lado y un pez da vueltas en una pecera, solo eso, no lo vamos a lograr.

Eso sí, si el pez salta continuamente, hasta el punto de arriesgar su vida cayendo sobre el lomo del gato, lo estamos pasando mejor.

Y si, además, el personaje piensa en la vida de mierda que lleva, mejor aún. Si el techo cae repentinamente sobre él, lo hemos logrado. ¡Jugando con el peligro!

Como pollo sin cabeza

Estrés. Pasamos al lado opuesto. La cosa del techo podría ser incluso excesiva dependiendo de las lecturas, eso sí.

Me refiero a esos comienzos sin cabeza que nunca dejan de poner al lector y al personaje en situaciones inverosímiles. De lanzar preguntas a qué tonto lo bailo que luego el escritor no sabe contestar, ni siquiera por divina ensoñación.

Los inicios vertiginosos tampoco son los mejores. Lo más probable es que el lector cierre el libro más temprano que tarde con ganas de sentarse y beber agua, para tomar una copa.

No da por mas

El personaje es estúpido, cursi, repipi… No da para más. Sé que es difícil imaginar que alguien, conscientemente, pueda hacer algo así, pero eso pasa muchas veces cuando el personaje no es muy conocido y sin querer aparece en la sociedad ya defenestrado.

Aunque, este punto genera dudas, porque Frodo mira lo lejos que ha llegado …

Como ves, no es fácil empezar un libro, pero es importante que sepas bien lo que tienes que contar y encuentres una forma atractiva de presentarlo para que tus lectores quieran seguir leyendo. Sin trucos falsos y con mucha verdad.

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