7 claves para hacer una escena erótica que no te haga reír

7 claves para hacer una escena erótica, vamos a por ellas. Escribir una escena erótica eficaz es una tarea más que ardua. Hay muchos límites y es difícil empatizar con todas las formas de emoción que tiene el lector. La línea que separa lo excitante y erótico de la risa, el disgusto o directamente la vergüenza ajena es muy fina. En nada te siembras en otros géneros (subterráneo, naturalista, feist …) o saber dónde.

Cómo escribir una escena erótica

Vamos con esos 7 claves para escribir una escena erótica no reír. Para empezar, esa escena debe estar en una buena novela. Si no, en fin, dedícate a otras artes, por mucho que tu cabeza se llene de situaciones que podrían resultar casi dulces para los más pintados, quizás, lo tuyo no sea escribirlas.

Cómo escribir una escena erótica: con una buena trama

Una buena trama, personajes redondos, diálogos trabajados y en su lugar, tono y estilo adecuados, buen ritmo de lectura … Y un largo etcétera. Si no puede lograr que el lector se identifique con los personajes, es poco probable que se entusiasme con ellos.

Así que todas esas novelas eróticas en las que los personajes son más planos que un teletubi y se dedican a darte que te pego sin medias tintas, en fin, les costará entrar en un género literario. Serán otra cosa, pero no una novela.

Entiendo que hay mucho público que busca literatura erótica porque les cuesta ver videos en internet, todos son libres de hacer lo que quieran, pero hombre, un poquito por favor. Que algunas novelas son un conjunto de escenas ligadas a posturas. Creo que el Kamasutra tiene más argumentos.

Prepara bien la escena

Dicho esto, vamos a tener un lío. Tienes que preparar el terreno. Saber introducir una escena con estas características es casi más importante que escribirla. Encuentra el agujero en la trama, que es muy plausible, esto es muy importante. Si el lector no puede creerlo, lo leerá como quien escucha la lluvia y la escena resultará un fiasco. Así que busca escenarios atractivos, en los que les guste estar a tus potenciales lectores y, sobre todo, a tus personajes. Y que sean coherentes con la trama de la obra.

Dónde está el límite

Otro punto importante es hasta dónde llegar con las descripciones. Siempre se ha dicho que es más importante insinuar que mostrar directamente, pero en este tipo de escenas, en fin, mira a ver cómo insinúas. A veces, el lector piensa que los personajes están haciendo todo menos lo que deberían estar haciendo en ese momento. Claridad sobre todo. Eso no significa que tengas que contarlo todo.

Orden en la habitación

Piensa bien la escena antes de escribirla y elige la forma más clara de contar cómo se mueven tus personajes. A veces, en estas escenas, el narrador hace tal lío de brazos y piernas enroscados que parece que están jugando al nudo humano o soltándose directamente. Asegúrate de describir bien cada movimiento y si no te ves muy ahí en este medio, los puntos suspensivos funcionan de maravilla.

Alíate con la imaginación del lector, si sabes cómo detonarlo, con muy poco podrás escribir esa escena de alto calibre. Es la mejor manera de conectar con su forma de excitarse, dejándolo libre para imaginar lo que está pasando un poco a su propio ritmo. Por eso, claridad y mesura. Cuatro pautas muy claras y el resto lo marca el lector.

Documentación esencial

Otro error no está documentado. Como todo, es fundamental saber con qué armas juegas. No puedes ser original en este tipo de escenas sin saber hasta dónde puedes llegar. Y lo necesario para cada una de las prácticas que haces que hagan tus personajes. Antes de poner demasiadas cosas en algún lugar, asegúrese de que encajen, por favor se lo pido.

Y algo fundamental, que va al hilo de saber qué pasa concretamente en estos momentos de la vida real, es que nunca, nunca, se te ocurre decir que alguno de los personajes involucrados pone una voz ronca, seria, o lo que sea, en en medio de estas escenas, ni antes ni después. Por Dios los bendiga. No es que fuera la chica del exorcista. Como mucho susurros.

Pero, ¿qué es una voz ronca? ¿Están estreñidos o qué? Es que sacas al lector inmediatamente. Es tan inverosímil que su mente corre a ver si en estas luchas, alguien que conoce ha cambiado su voz así … Y no. Que quiere volver, la libido se ha ido a mejores lugares y adiós.

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Lo que ves en tu cabeza versus lo que ve el lector cuando lee que el niño habla con voz ronca

La coherencia del personaje

Otro factor que influye es cómo son tus protagonistas y si es plausible que adopten determinadas posiciones o se salgan por completo de su arco natural para llevar a cabo lo que tú te has inventado para ellos. Una escena erótica debe ser creíble y, sobre todo, posible. Si colocas a tus personajes en escenas imposibles y se dejan llevar por situaciones que están fuera de su plano vital, desmantelas al personaje.

Si es así, preocúpate por el antes y el después. Primero introduzca y justifique de la manera más orgánica posible. En retrospectiva, debes tener en cuenta que el arco del personaje ha cambiado y debes actuar en consecuencia.

Es decir, si tu protagonista es una monja de clausura, piadosa y recta, le será difícil romper su celibato forzado, a menos que le dé algo y cambie radicalmente su vida practicando sexo salvaje; con quien sea, que sea el menor en esta circunstancia. Este caso es extremo, pero hay ejemplos en los que el giro del personaje es tan brusco que sería mejor golpearlo en el cuello y acabar con la tortura lo antes posible.

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Personaje tras una escena más cálida que el infierno

Nada como saber usar el lenguaje

Además de todo lo anterior, una de las claves está en el idioma, en la medida y en el conjunto que evocan las palabras que utilizas. Por ejemplo, en esta situación, no sabes quiénes son los protagonistas, pero tu libido seguramente se animará:

Ese dedo en mi espalda, esa mirada, tan cerca. Sentí millones de diminutas agujas que atravesaban todos los nervios de mi piel »

Cuidado con las palabras, hay algunas muy peligrosas porque tienen connotaciones que desmontan todo el clímax. Un ejemplo, contrario al anterior:

«Manolo insertó su dispositivo en la vagina de María y resopló»

O la belleza de:

«Le quitó los órganos sexuales y se los pasó por el vientre de la niña»

Y créeme, no son exageraciones.

Llame a las cosas por su nombre, nunca mejor dicho, pero elija bien las palabras que usa, sus connotaciones y cuándo las usa.

En el preludio del placer, el lenguaje es el rey. Si sabes cómo tratarlo, no hay límites, puedes describir casi cualquier escena que el lector te siga con gusto.

Y mucho respeto

Eso sí, siempre con respeto por tus personajes y la raza humana. Este es un tema maltratado en muchos aspectos. En parte por la inclusión en ella de novelas trifásicas llenas de tópicos, con una trama dolorosa y para rematar denigrante para las mujeres e incluso con violencia de género incluida. En muchos casos, te encuentras con libros que son un manual de todo lo que no tienes que hacer para escribir una novela erótica.

En resumen, usa bien el lenguaje, sé coherente con tu trama y tus personajes, encuentra escenarios adecuados y deja fluir las escenas. Cuanto más real y creíble, mejor.

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